recibido febrero 2013
Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra…
Todos hemos lastimado a alguien alguna vez, la mayoría de las ocasiones sin darnos cuenta o hasta creyendo que lo hacemos “por su bien”, pero en algún momento también por rabia o por miedo. Así que perdonar a quien nos ha hecho daño es en primer lugar, una manera de ser consecuente con el hecho de que todos somos humano